Es un verano insual,
no por la playa a la que todavia no voy,
no por el electivo que nunca tomé,
no por no ver a personas a quienes quería ver de todas maneras en este par de meses,
sino porque casi todos los dias me estoy
dando cuenta que estoy
aprendiendo
a reconocer quien soy,
perdiendo
el miedo a vivir
y justo en el momento apropiado
pues presiento que me atacará una bandada de decisiones verdaderas
pronto muy pronto
tan pronto como hace mas de una semana
cuando tuve la oportunidad de decirle lo que sentía
a una dama muy fiel y sincera, con unos pies bien puestos en el suelo
pero simplemente no me salió nada de la garganta
creo que porque sentí que mis pies no deberían todavía pisar tierra
ok, sí,
a veces pasa eso,
y no me arrepentiré que me pase otra vez, mil veces,
a veces pasa eso,
a veces pasa que algo dentro tuyo
te obliga a dejar que pase el tiempo
pues las horas, los dias, los meses, son sabios,
son sabios sin tener cerebro,
desatan nudos y esclarecen tiempos de confusion,
tanta confusión que siempre me acompaña,
pero a la cual ya me acostumbre.
Pero a excepción de este tipo de situaciones
este es un verano inusual
justo en el momento apropiado,
un verano apropiado
me siento como un niño feliz luego de un dia agotador en su jardin
haciendo siesta luego de almorzar
en plena gula viendo tele
o chupandose el dedo gordo del pie, por supuesto, mientras nadie lo ve.
17 enero, 2008
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